DIVERTIDÍSIMO ! Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York.

Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York fue escrita en 1971, con todo lo que ello conlleva, relaciones al estilo clásico, nada de comunicación cibernáutica. Esa riqueza del directo que quedó olvidada con la era de internet. Sheila es judía, tiene treinta años, y tras una educación férrea con el único objetivo de encontrar marido y no conseguirlo, decide suicidarse. Las páginas que tenéis ante vosotros no conforman un libro, sino la carta de suicidio más larga, divertida y a veces amarga que os podáis imaginar. La joven tiene la necesidad de explicar, justificar y excusar ante sus padres sobre todo, la decisión que ha tomado. Para ello empieza a hacer un despliegue explicativo de su vida, sus relaciones catastróficas y su visión ante la presión social y la educación judía. El desvelo de querer y no poder ser una chica soltera y liberal. Vive con su amiga Linda, la alta y guapa, a la que no le faltan pretendientes, pero ninguno es el adecuado porque o no ha votado a Nixon o bien no le ha gustado El guardián entre el centeno. Genial. Ella se entretiene con un chico que no le gusta pero que mantiene en el “banquillo” pensando que igual le es útil en el último minuto del partido, mientras que su obsesión por tener una vida como la de Doris Day la hace no desistir en su empeño. Un sinfín de anécdotas donde reconocernos a pesar de la distancia, con inteligencia a raudales y realidad absoluta. Humor sin estridencias y mucha chispa que hará de este viaje por la vida y los pensamientos más íntimos de Sheila Levine una lectura maravillosa y adictiva.

¿ No os apetece leerla ?